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¿Puedo dejar de pagar el alquiler si asumo las reformas de la vivienda?

abogados en Majadahonda

A nadie le gustan las mudanzas, por eso cuando encontramos una casa en la que nos encontramos cómodos intentamos que sea nuestro hogar durante muchos años. La demanda de viviendas de alquiler ha crecido notablemente en los últimos años, lo que hace mucho más complejo encontrar el piso perfecto. En muchas ocasiones, optamos por hacer pequeñas reformas o arreglos que nos permitan sentirnos en casa. El problema es que esos pequeños arreglos pueden no ser tan pequeños y, en su lugar, son necesarias ciertas reparaciones de las instalaciones que quedan claras en el momento de la suscripción del contrato. Desde nuestro bufete de abogados en Majadahonda te contamos todas las cuestiones legales que debes de saber en estos casos.

Los contratos de arrendamiento que hayan sido firmados después del año 2013, presentan la opción de llegar a un acuerdo con el arrendador para reemplazar el pago de la renta durante un período determinado en concepto de la ejecución de las obras que sean necesarias. El plazo nunca es indefinido, queda preestablecido a la firma del contrato y la suspensión del pago de la renta puede ser parcial o total. Esta excepción se recoge dentro de la legislación de arrendamientos urbanos, siempre y cuando los términos y condiciones pactadas se recojan en el momento de la suscripción del contrato.

Evidentemente, si llegamos a este acuerdo el arrendador tendrá la obligación de resultado de la ejecución y pago de todas las obras y reformas necesarias, que hayan sido señaladas en el momento de la elaboración del contrato. Tiene todo el sentido, ya que ante el pago de las mismas quedará exento de hacer frente a la renta de la vivienda durante un plazo determinado. El resultado final de las obras debe responder a lo acordado con el propietario del inmueble arrendado.

Desde Fúster & Olábarri queremos dejar claro que en estos casos es importante determinar en detalle en qué van a consistir las obras, incluso señalar los materiales que se van a emplear, los acabados y el plazo de finalización de los trabajos y todo ello debe quedar reflejado en el contrato. Sin duda, esta es la mejor forma de que no surjan problemas y malentendidos a posteriori entre ambas partes implicadas en el proceso.